En un contundente rechazo, el embajador de Venezuela ante la ONU en Ginebra, Alexander Yánez, descalificó el reciente informe presentado por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. El diplomático venezolano calificó el documento como un «panfleto propagandístico» diseñado para incentivar a la oposición fascista en Venezuela y socavar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Yánez argumentó que el informe está basado en información sesgada y omite deliberadamente los efectos devastadores de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos sobre los derechos humanos de los venezolanos.
Críticas al Informe
Yánez señaló que el informe carece de objetividad y se construye sobre una narrativa parcializada que no refleja la realidad del país. Según el embajador, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha recurrido a fuentes no verificadas y testimonios de individuos y organizaciones con claros intereses políticos, lo que compromete la integridad del documento. Esta acusación se enmarca en una serie de críticas que el gobierno venezolano ha lanzado en contra de los informes de derechos humanos que provienen de organismos internacionales, los cuales, según Caracas, forman parte de una campaña de desinformación y desprestigio.
Efectos de las Sanciones
Un punto central en la crítica de Yánez es la omisión del impacto de las sanciones económicas de Estados Unidos en la situación de los derechos humanos en Venezuela. Desde la perspectiva del gobierno venezolano, estas sanciones han exacerbado las dificultades económicas, afectando directamente la capacidad del país para adquirir alimentos, medicinas y otros bienes esenciales. «Es inaceptable que se ignore cómo las medidas coercitivas unilaterales han causado sufrimiento a nuestro pueblo,» afirmó el embajador, subrayando que las sanciones son un acto de guerra económica que debe ser condenado por la comunidad internacional.
Defensa de la Soberanía
La respuesta de Venezuela también incluye una defensa enérgica de su soberanía y su derecho a resolver sus problemas internos sin interferencia externa. Yánez destacó que el informe no reconoce los esfuerzos del gobierno para mejorar la situación de los derechos humanos, a pesar de las adversidades impuestas por factores externos. En este sentido, el embajador hizo un llamado a la ONU y a otros organismos internacionales para que adopten una postura más equilibrada y reconozcan el contexto complejo en el que se encuentra Venezuela.
Reacciones Internacionales
La postura de Venezuela ha recibido tanto apoyo como críticas en la arena internacional. Algunos países y organizaciones han respaldado la denuncia de Caracas sobre las sanciones económicas, mientras que otros han insistido en la necesidad de abordar las preocupaciones sobre derechos humanos planteadas en el informe. Esta división refleja las tensiones persistentes en torno a la situación política y económica de Venezuela y la polarización en las percepciones sobre las causas y soluciones de la crisis.
Conclusión
El rechazo del informe por parte de Venezuela subraya la profunda desconfianza entre el gobierno de Maduro y los organismos internacionales de derechos humanos. Al calificar el documento como un «panfleto propagandístico,» el embajador Yánez ha reiterado la postura oficial de que el país enfrenta una guerra económica y mediática destinada a desestabilizar su soberanía. La controversia en torno al informe pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la comunidad internacional al intentar abordar la crisis venezolana de manera imparcial y constructiva.
Fuente: Mazo4F