Si algo ha caracterizado a Jacob deGrom en su carrera ha sido su prestancia para poncha, esa ha sido la clave de su dominio y lo que por supuesto lo llevó a ganar dos premios Cy Young.
Sin embargo, este lunes ocurrió una anomalía en su carrera; algo normal para el resto de los abridores alrededor del beisbol de Grandes Ligas, pero para él probablemente no.
Y es que durante su apertura ante los Azulejos de Toronto no guillotinó a bateador alguno -luego de 229 aperturas- a lo largo de 5.1 entradas de labor en las que permitió dos carreras, cinco hits, concedió par de boletos y cargó con la derrota (4-2), luego que los Azulejos vencieran 2-1 a los Rangers en el primero de la serie en Globe Life Field.
Curiosamente, los Azulejos llegaron al partido como la ofensiva con la menor cantidad de ponches en la Liga Americana, 380.
“En realidad no lo sabía; lo escuché cuando entré”, indicó deGrom sobre su falta de ponches. “Pero ellos fueron agresivos temprano. Estaban poniendo muchas pelotas en juego, así que pensé, ‘Oh, vaya, podría llegar lejos en esta salida’. Estuve luchando un poco conmigo mismo; comencé a jalar la pelota, di base por bolas a un par de bateadores y simplemente no fui muy eficiente”.
Desde la pretemporada, deGrom ha estado luchando un poco con su mecánica, abriéndose rápido (al lanzar) y batallando para localizar sus lanzamientos del lado del brazo. Ha trabajado en cada apertura para corregirlo, y en su mayor parte lo ha logrado.
Eso es probablemente parte de lo que llevó a su falta de ponches y swings fallidos (tres).
“Hoy parece que di un paso en la dirección equivocada”, comentó deGrom. “No pude realmente ubicar [los pitcheos] abajo y, ya sabes, lanzar a partir de eso con mi slider. Me dejaron pasar algunos buenos sliders [sin hacer swing]. Lo tiré bien fuera del plato de vez en cuando, pero nunca pude lanzar una recta, realmente, donde quería. Esa parte fue frustrante”.
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Fuente: Lider en Deportes
