A finales de mayo pasado, mientras los Mets se encontraban con un récord de cifras dobles por debajo de .500, el manager del equipo, el venezolano Carlos Mendoza, conducía a casa después de otra noche difícil en el estadio cuando su hijo mayor, Adrián, rompió el silencio. Sintiendo que su padre estaba molesto, Adrián le dijo, “Tú querías ser manager de Grandes Ligas”. Mendoza volvió a considerar su perspectiva. “Le dije, ‘Tienes razón’”, recordó Mendoza. “Y luego usé eso como un ejemplo. Le dije, ‘Oye, en la vida, vas a pasar por altibajos. Éste es el trabajo soñado, ¿verdad? Pero aquí estamos, lidiando con la adversidad. Eso te demuestra que al crecer, no siempre va a ser fácil’. Entonces, de alguna manera usé eso para enseñarles sobre la vida”. No fue la primera lección que Mendoza había inculcado en sus hijos, Adrián de 14 años y Andrés de 11. Tampoco sería la última. Desde que Mendoza se convirtió en el dirigente de los Mets hace dos inviernos, sus hijos han sido su sombra. Pasan el rato en el complejo durante los Entrenamientos, fildeando elevados de su padre después de las prácticas del equipo. Asisten a casi todos los juegos en casa durante la campaña regular y a veces aparecen en las giras, practicando en los jardines y pasando tiempo en el clubhouse. En un trabajo que exige tiempo, estrés y atención constante, Mendoza ha mantenido a sus hijos lo suficientemente cerca como para cumplir con sus deberes de padre. Cuando se le preguntó qué significa para él tenerlos cerca, Mendoza respondió: “Todo”. “Ha sido una bendición, como yo lo veo. Así lo vemos, como familia”, comentó Mendoza. “E incluso cuando no están aquí en el estadio, llegar a casa es diferente a si estuvieran [viviendo en otro lugar]”. En lugar de que sus hijos se quedaran en casa en la Florida hasta el final del año escolar, Mendoza y su esposa, Francis, los inscribieron en clases en línea. Durante las estadías en casa, los muchachos suelen terminar sus lecciones por la mañana antes de ir con su padre al Citi Field. Pasan el resto del día disfrutando de la vida en las Grandes Ligas. “Es un privilegio y eso es algo que les sigo diciendo, que muy pocas personas tienen la oportunidad de crecer como lo hacen ellos en un clubhouse de Grandes Ligas”, comentó Mendoza. “Estás aprendiendo mucho, bueno y malo. Estás creciendo rodeado de adultos. Pero es genial para ellos ver el trabajo diario, lo que las superestrellas viven tras bastidores, así que pueden experimentar eso”. Cuando Mendoza fue presentado como dirigente en noviembre del 2023, Adrián y Andrés estuvieron allí junto con él en una rueda de prensa enel Citi Field. Cuando los Mets tropezaron con un mal comienzo la temporada pasada, los muchachos estuvieron allí para ayudar a su padre a superarlo. Cuando el equipo se recuperó para llegar hasta la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, toda la familia estuvo presente para celebrar. Seguramente vendrán más altibajos este año. A través de todo ello, Adrián y Andrés estarán presentes. “Es difícil describir cuánto significa para mí”, culminó Mendoza, “tener a mis hijos y a mi esposa conmigo todo el tiempo”. Las Mayores / MLB Español Fuente: Lider en Deportes